Aquí estás, mi hijita, mi collar de piedras finas, mi plumaje de
quetzal, mi hechura humana, la nacida de mí. Tú eres mi sangre, mi color, en ti
está mi imagen.
Ahora recibe, escucha: vives, has nacido, te ha enviado a la tierra el
Señor Nuestro, el Dueño del cerca y del junto, el hacedor de la gente, el
inventor de los hombres.
Ahora que ya miras por ti misma, date cuenta. Aquí es de este modo: no
hay alegría, no hay felicidad. Hay angustia, preocupación, cansancio. Por aquí
surge, crece el sufrimiento, la preocupación.
Aquí en la tierra es lugar de mucho llanto, lugar donde se rinde el
aliento, donde es bien conocida la amargura y el abatimiento. Un viento como de
obsidianas sopla y se desliza sobre nosotros.
Dicen que en verdad nos molesta el ardor del sol y del viento. Es éste
lugar donde casi perece uno de sed y de hambre. Así es aquí en la tierra.
Oye bien, hijita mía, niñita mía: no es lugar de bienestar en la tierra,
no hay alegría, no hay felicidad. Se dice que la tierra es lugar de alegría
penosa, de alegría que punza.
Así andan diciendo los viejos: para que no siempre andemos gimiendo,
para que no estemos llenos de tristeza, el Señor Nuestro nos dio a los hombres
la risa, el sueño, los alimentos, nuestra fuerza y nuestra robustez y
finalmente el acto sexual, por el cual se hace siembra de gentes.
Todo esto embriaga la vida en la tierra, de modo que no se ande siempre
gimiendo. Pero, aún cuando así fuera, si saliera verdad que sólo se sufre, si
así son las cosas en la tierra, ¿acaso por esto se ha de estar siempre con
miedo? ¿Hay que estar siempre temiendo? ¿Habrá que vivir llorando?
Porque se vive en la tierra, hay en ella señores, hay mando, hay nobleza,
águilas y tigres. ¿Y quién anda diciendo siempre que así es en la tierra?
¿Quién anda tratando de darse la muerte? Hay afán, hay vida, hay lucha, hay
trabajo. Se busca mujer, se busca marido.
Huehuetlahtolli recopilado por Fray
Andrés de Olmos y retomado por Sahagún para incorporarlo en el corpus del Códice Florentino, tomado de:
LEÓN-PORTILLA,
Miguel y SILVA GALEANA, Librado, Huehuetlahtolli.
Testimonios de la antigua palabra, México, FCE-SEP, 1991, pp. 15-17.